Aunque Juego de Tronos domina en la TV y la literatura, su impacto en el mundo gamer aún deja mucho que desear. Hasta ahora, parece que nadie ha logrado crear un videojuego de estrategia digno de sentarse en el Trono de Hierro de los videojuegos. Hoy exploramos por qué eso podría cambiar, si le dan vuelta a los eventos como a la tortilla.
El Enigma de la Adaptación
No es de sorprender que Juego de Tronos, con todo su drama complejo, traiciones y dragones escupefuego, pareciera el candidato perfecto para un videojuego de estrategia. Sin embargo, hasta ahora, los intentos han sido menos impresionantes que una reunión del Consejo Pequeño.
Un videojuego que se adentre en este universo debe lidiar con una magia esquiva, personajes con más profundidad que un dragón de Jean-Claude Van Damme y un mundo político en el que alianzas y traiciones son el pan de cada día (o más bien el jamón del mate vespertino).
Claro está, muchas franquicias han encontrado la receta perfecta con títulos de estrategia de renombre. Puede ser un espejo astillado, pero es posible que se necesite un mago del marketing que vea el Trono de Hierro en un juego de estrategia a lo Crusader Kings.
Kingsroad, Un Camino Incierto
“Game of Thrones: Kingsroad” es un título que llega con su armadura reluciente para salvarnos de la espera, solo que con menos estrategia y más golpes por doquier. Este juego para dispositivos móviles intenta colarse entre la tercera y quinta temporada de la serie, haciendo hincapié en la acción y las decisiones.
Con un género que lo coloca más entre el drama de RPG y acción que en la estrategia pura, Kingsroad interesa más a los guerreros solitarios que ansían tomar decisiones rápidas y bien calculadas en la picadora de política que nos legó Martin.
Sin embargo, no debemos dejar que este paladín de bolsillo se nos suba a la cabeza; sus limitaciones son varias, y sus ambiciones y expectativas no son más altas que un enano en una zanja. Es decir, ¡todavía está en crecimiento!
Nuestra Opinión Final
En el gran juego de los tronos de los videojuegos, algunas batallas aún se están librando. La falta de un título de estrategia verdaderamente inmersivo es una omisión que arde más que la mirada de Melisandre. Sin embargo, tenemos la esperanza de que algún día un estudio se atreva a darle a Westeros el juego que merece, con más traiciones por minuto que una telenovela en horario estelar.
Hasta entonces, seguiremos apretando con ganas ese control hasta que resuene como el sonido de un mate bien cebado. ¡No perdamos la fe, porque la noche (y los game developers) son jóvenes!
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